«Lamento que pensaran que yo podía ser funcional a la CGT», reflexionó el ahora ex superintendente de Servicios de Salud. Junto con el viceministro de Trabajo Ezequiel Sabor, fueron echados de sus cargos por participar de la movilización de este martes a Plaza de Mayo.
El presidente Mauricio Macri mostró los dientes tras la caótica marcha de la CGT a Plaza de Mayo y en las últimas horas, ordenó echar a dos funcionarios que habían llegado al poder Ejecutivo gracias a su vínculo con el sindicalismo. Se trata del viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, y el superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino.
Este último fue el primero en hablar con los medios tras conocerse la medida. Le atribuyó su desplazamiento a la realización de «la marcha y aseguró que la noticia le cayó con «total sorpresa».
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«Lamento que algunos pensaran que yo podía ser funcional a la CGT», instó el dirigente al describirse como un «técnico sanitarista» exclusivamente «interesado en la problemática de la salud y de la seguridad social». Además, aclaró que se va «muy satisfecho» de haber participado en la gestión de Macri, con quien dijo mantener «una relación excelente».
«Pude llevar adelante proyectos inéditos y recuperamos el Fondo que el gobierno anterior mantenía fuera del alcance de los afiliados. Vine a ponerme la camiseta de nadie, mi único interés pasa por la seguridad social», añadió.
La gestión de Scervino comenzó en diciembre de 2015, de la mano de José Luis Lingeri, titular del gremio de Obras Sanitarias y funcionario de distintos gobiernos, incluidos los de Carlos Menem y el de Néstor Kirchner.